El significado de la celebración de San Martín de Tours, también conocido como San Martín Caballero

En su juventud, siendo soldado, pasó bajo un arco de la ciudad de Amiens y descubrió a un pobre mendigo acurrucado allí. El hombre estaba casi desnudo, tiritando de frío. Al verlo, el joven Martín mostró su generosidad al tomar la capa de sus propios hombros, cortar la prenda en dos partes y dar la mitad al pobre hombre para calentarlo. Esa misma noche, Martín tuvo un sueño en el que vio a Cristo, cubierto con la mitad de la capa que le había dado al vagabundo. Cristo le dijo: "Yo te bendigo Martín, por tu alma buena, por tu buen corazón y tus buenas intenciones. Has dado caridad al más pobre de los hombres y al hacerlo, me has dado caridad a mi". Esta experiencia confirma en él su devoción a toda la humanidad, independientemente de su posición en la vida; por esto, Martín se hizo bautizar y renunció a seguir formando parte del ejército. 

Martín se convirtió en santo patrón de los mendigos y marginados. Era conocido por su generosidad, su compasión, su carácter modesto y su capacidad para dar calor y luz a aquéllos en necesidad. 

Con la llegada de los días más cortos y la entrada de una mayor oscuridad, es cada vez más importante para cada uno de nosotros mantener el calor y la luz en nuestros corazones. La capa de Martín nos recuerda que podemos y debemos compartir con los más necesitados.

En el Imperio Romano, para que los militares conservaran mejor su uniforme, el ejército sólo pagaba una parte del mismo, mientras que la otra la debería pagar el propio militar. Por eso San Martín cortó su capa en dos, conservó la mitad que le pertenecía al ejército y le dio al pobre la parte que a él le pertenecía; esto también nos recuerda que este acto de generosidad no nos pide más de lo que podamos dar, sino únicamente lo que podamos ofrecer.

Como parte de la celebración, los alumnos de 4º, 5º y 6º realizan una visita a los albergues de adultos mayores. En su visita comparten la luz y calor de sus corazones al brindarles momentos de compañía; regalándoles piezas de pan elaboradas en nuestro propio colegio; realizando una presentación musical (les cantan y tocan la flauta); y el grupo de 6º además, presenta una recreación de la historia de San Martín. Los grupos de secundaria hacen lo propio visitando un centro de rehabilitación.

San Martín reconoció la chispa divina en el hombre pobre de Amiens y por eso le dio la protección de su propia capa. De igual manera somos capaces de ver esta chispa divina en cada uno de nuestros semejantes y brindarles un poco de nuestra propia luz, porque cada luz trae alivio a la oscuridad.

Las luces que brillan intensamente por los farolitos de San Martín, darán paso a las velas de la espiral de adviento, demostrando cómo nuestra luz interior debe ser cada vez más cálida y brillante contra el frío y la oscuridad.