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07 de Septiembre de 2019

La primera escuela Waldorf

Escrito por Yeccan Waldorf

1ra Escuela Waldorf

En la inauguración de la “Escuela Libre Waldorf Uhlandshöhe” el 7 de septiembre de 1919 en el parque urbano de Stuttgart; estuvieron presentes 1,000 invitados, entre ellos los maestros que inmediatamente después comenzaron su trabajo pedagógico. Rudolf Steiner pronunció el discurso inaugural, defendiendo los tres puntos esenciales de la nueva pedagogía: ciencia, arte y espiritualidad, llevados a la experiencia viva individual.

Una semana más tarde empezó el primer curso, con 252 alumnos Waldorf inscritos, hijos tanto de los trabajadores de la fabrica Astoria Waldorf a iniciativa de sus fundadores el Sr. y la Sra. Emil y Berta Molt; y muchos otros niños, cuyos padres – recién terminada la 1ª Guerra Mundial – andaban en la búsqueda de nuevos valores humanos y una nueva pedagogía. Se empezó con ocho aulas y con 12 maestros. Estos fueron invitados por el Dr. Rudolf Steiner a tomar parte, durante 14 días, en un seminario donde fueron preparados en las áreas de antropología y didáctica. Así que, mientras impartían clases, a la par tuvieron que aprender la nueva pedagogía.

Se pone en práctica la pedagogía Waldorf y niños y profesores experimentan paralelamente un desarrollo.

 

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Los maestros pioneros Waldorf

Para la mayoría de los participantes, su alto nivel de formación académica les habría abierto las puertas para una carrera profesional bien remunerada y de alto prestigio; sin embargo, el hecho de estar al servicio de una nueva tarea cultural-espiritual, significaba para ellos mucho más que los ideales de la alta burguesía de la que procedían.

El nivel de conocimientos culturales, conocimientos previos de la ciencia espiritual y la procedencia de ámbitos o familias de antropósofos hizo posible que los nuevos maestros tuvieran cierta facilidad para abrirse a los contenidos de “El estudio del hombre como base de la pedagogía”. La totalidad de conocimientos antropológicos de estos pioneros se puede estimar muy por encima de los científicos y expertos en educación. Sin embargo, lo decisivo fue que el conocimiento del ser humano se convirtiera en algo que pudiera ejercer su verdad y beneficio en el contacto cotidiano con los alumnos. La meta pedagógica fue ni más ni menos que tomar en serio el diagnóstico del estado anímico de toda una sociedad, con el conocimiento del ser humano trimembrado y de las dependencias de su pensar, querer y sentir con sus facultades espirituales y sus condiciones fisiológicas, con lo cual, Rudolf Steiner había sentado el fundamento para una educación integral cuyo primer objetivo era la salud anímica-espiritual, pero también la física-vital de los estudiantes.

El 20 de agosto, Rudolf Steiner inició un curso de formación para los futuros maestros. Por las mañanas daba conferencias sobre “El estudio del hombre como base de la pedagogía” (GA 293); seguidas de conferencias sobre “Metodología y didáctica” (GA 294); y por las tardes tuvieron conversaciones sobre pedagogía en formato de seminario (“Coloquios pedagógicos y conferencias curriculares” GA 295).

Rudolf Steiner dio a conocer las doce personas que había elegido entre los 24 participantes de este curso, y les asignó las clases y sus materias principales de enseñanza. Entre ellos estaban: Leonie von Mirbach (1° grado), Johannes Geyer (2° grado, latín), Hannah Lang (3° grado), Hertha Koegel (4° grado), Caroline von Heydebrand (5° grado, lengua extranjera), Friedrich Oehlschlegel (6° grado), Rudolf Treichler y E. A. Karl Stockmeyer (7º y 8º grado), Elisabeth Baumann-Dollfus (euritmia), Paul Baumann (música, gimnasia), Herbert Hahn (historia, alemán, francés, religión), Walter Johannes Stein (literatura, historia).

Durante el primer año escolar se integran: Elisabeth von Grunelius (jardín de infantes), Eugen Kolisko (médico escolar, inglés, historia natural), Berta Molt (trabajo manual, encuadernación), Edith Röhrle (euritmia), Helene Rommel (trabajo manual), Karl Schubert (pedagogía curativa) y Nora Stein von Baditz (euritmia).

 

 

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Elisabeth von Grunelius

Elisabeth von Grunelius

Desde la Pascua de 1920 se trataba de instalar un jardín de infancia en la Escuela Libre Waldorf Uhlandshöhe. Era para un grupo grande de niños que iban a pasar al primer grado después de las vacaciones de verano. Buscaban una habitación que sirviera para el jardín de infancia, aparentemente en vano, porque en mayo de 1920 el intento se interrumpió.

Para maestra del jardín de infantes, Rudolf Steiner invitó a Elisabeth von Grunelius; una tierna joven a quien conocía desde 1914, cuando llegó a Dornach a la edad de diecinueve años para trabajar en las esculturas de madera del primer Goetheanum. Nacida en Kolbsheim, Alsacia, completó el seminario Comenius Kindergarten en Bonn en 1914 con el deseo de estudiar psicología. Después de un año y medio se tomó un permiso en Dornach para hacer un año de prácticas en el jardín de infantes, en la guardería y en la asistencia social en Berlín y para obtener su diploma como líder juvenil en el Seminario Pestalozzi-Fröbel, que también la capacitó para hacer prácticas. Cuando regresó a su patria -se había convertido en francesa después de la guerra- fue que recibió la petición de Rudolf Steiner.

Al inicio, sólo se quedó un tiempo en la escuela como profesora sustituta. Elisabeth von Grunelius asistió a Leonie von Mirbach en sus clases de segundo grado. Cuando el grupo con 52 alumnos se dividió en dos para el tercer grado, ella tomó la mitad, pero no lo dirigió durante más de un año. Cuando aún no se veía ninguna posibilidad de fundar la guardería, se fue a Dornach a estudiar euritmia y pintura. No fue hasta 1924, gracias a los enérgicos esfuerzos de Herbert Hahn, que logró conseguir el rincón más exterior del gimnasio para acondicionar el espacio de la guardería, que fue construido en 1926.

Elisabeth von Grunelius fundó el jardín de infancia de Uhlandshöhe, así como el Movimiento Internacional Waldorf Kindergarten y sentó las bases originales e independientes para la educación Waldorf en los primeros siete años de vida, sin el asesoramiento y apoyo directo de Steiner. Dirigió el jardín de infancia hasta que fue cerrado por los nacionalsocialistas en 1938.

 

 

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Leonie von Mirbach

Leonie von Mirbach

Rudolf Steiner encomendó a Leonie von Mirbach la tarea de ser la maestra del primer grado. Nacida en Egipto, y tras pasar 8 años de su infancia en Letonia, Leonie fue apadrinada en 1901 por su abuela en Tübingen, donde hizo el bachillerato. Luego estudió biología y filosofía en Halle; durante esta época fue colaboradora del movimiento para la trimembración social.

Steiner aceptó a Leonie para la Escuela de Stuttgart a pesar de que todavía tenía que hacer sus exámenes finales. Mientras tanto, Walter Johannes Stein se encargó del primer grado. Cuando Leonie empezó su trabajo, el grupo tenía 34 alumnos. Durante el curso escolar, el número aumentó a 41. A Rudolf Steiner le encantó el modo en que Leonie von Mirbach enseñaba el habla y lenguaje. Su colección de versos y poesías fue para Steiner una prueba del espíritu que reinaba en la Escuela Waldorf, además de ser la base del libro de lectura Der Sonne Licht. Al cabo de dos años tuvo que cesar sus actividades laborales por motivos de salud, y Herbert Hahn fue elegido para continuar su trabajo pedagógico.

 

 

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Johannes Geyer

Johannes Geyer

Johannes Geyer era hijo de un comerciante de Berlín. La madre era estrictamente religiosa. Su abuelo cofundó la Iglesia Altapostólica. Era el mayor de tres hermanos. Estudió teología en Marburg, Kiel, Tübingen. En 1904, a la edad de 22 años, tuvo su primer encuentro con Rudolf Steiner, escuchó una conferencia cristológica y tuvo conversaciones con él. En 1910 se convirtió en miembro de la sección alemana de la Sociedad Teosófica y fue miembro de la Escuela Esotérica antes de la Primera Guerra Mundial. En 1912 escuchó el ciclo "El hombre en la luz ..." en Kristiania. 1912-1919 fue capellán del cementerio en Hamburgo. Participó en el curso "Antropología general". Cuando se fundó la Escuela Waldorf de Stuttgart, se convirtió en maestro de 2° grado y también enseñó latín.

 

 

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Caroline von Heydebrand

Caroline von Heydebrand

Caroline von Heydebrand provenía de una familia noble de Silesia y trajo consigo una educación general, clásica y antroposófica extraordinariamente completa. Rudolf Steiner le confió el quinto grado con 47 alumnos, el más grande de todos. De constitución delicada, no era más alta que los alumnos. Su voz era tan fina que al principio le resultó difícil mantenerla en clase. El alumnado se componía de hijos de trabajadores de la Waldorf-Astoria, provenientes de diferentes escuelas básicas y superiores, una combinación inaudita para los estándares de la época. Al principio del año escolar aún no estaba el mobiliario del aula, y los alumnos se sentaban en las viejas sillas del restaurante. Condiciones que no podían ser más difíciles para una joven principiante, sin estudios pedagógicos ni experiencia docente.

En más de una ocasión, Rudolf Steiner la elogió como ejemplo particularmente productivo de interpretar la antroposofía como base de la nueva didáctica y pedagogía. Ella acompañó regularmente a Steiner en sus giras de conferencias por Inglaterra. Sus consideraciones e ideas didácticas, así como sus observaciones sensibles sobre los niños, la llevaron a publicar escritos sobre la práctica pedagógica en diversas publicaciones. Los problemas de salud, la creciente presión política y las tensiones colegiales internas la obligaron a abandonar la escuela de Stuttgart en 1935. Caroline von Heydebrand murió en el verano de 1938, poco después de que la Escuela de Stuttgart fuera cerrada por los nacionalsocialistas y sus escritos fueran prohibidos.

 

 

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Herbert Hahn

Herbert Hahn

A Herbert Hahn, Steiner le encomendó la tarea de impartir clases de espiritualidad libre; es decir, enseñar religión a niños cuyos padres deseaban una educación religiosa no vinculada a ningún credo. Otra materia especial de Hahn fue la enseñanza de idiomas extranjeros. En el tercer año se hizo maestro tutor del tercer grado; fue elegido miembro del consejo de administración escolar, y ejerció de maestro hasta 1931. Durante la época nacionalsocialista, Hahn trasladó su centro de vida y actividad profesional a Holanda. Después de la guerra volvió para seguir dando clases en su “escuela madre” hasta 1961.

 

 

La colocación de la piedra de fundación de la Escuela Waldorf

El 16 de diciembre de 1921 se inauguró el edificio principal del complejo escolar. A continuación sigue un extracto de la alocución de Rudolf Steiner con motivo de la colocación de la piedra de fundación.

Querido amigo Molt, quien fue el primero en emprender en sí la idea de fundar esta escuela, y quien desde su fundación también ha prestado su cooperación; querido Sr. Weippert, quien ha puesto su capacidad arquitectónica al servicio de la construcción de la escuela; queridos amigos del profesorado, que han decidido trabajar con tanta dedicación aquí en esta escuela, en su momento inicial.

Me dirijo a todos ustedes en este momento en que es necesario colocar, con el destino y agradecidos en el corazón, la piedra angular para la construcción de la escuela que se ha hecho realidad por nuestros niños y alumnos, gracias al esfuerzo de todos los círculos implicados. Colocando esta piedra fundamental, le dedicamos las palabras escritas en este documento que se hunde en la Tierra dentro de esta piedra fundamental, de acuerdo con la antigua costumbre:

Quiera reinar lo que la fuerza del espíritu en amor,
quiera obrar lo que la luz del espíritu en bondad,
puedan brindar al ser humano en crecimiento,
desde la seguridad del corazón,
desde la firmeza del alma,
para la fuerza física del cuerpo,
para la interioridad del alma,
para la claridad del espíritu.
A estos fines sea consagrado este sitio.
Que en él, el sentido juvenil se encuentre con
la atención al ser humano
llena de fuerza y en devoción a la luz.
Los aquí reunidos, hundiendo esta piedra
como símbolo, recuerdan en su corazón
el espíritu del que anhelan
que reine en este edificio.
Para que dé vigor al fundamento
sobre el que han de actuar y vivir
con sabiduría liberadora,
poder espiritual vigorizante
y manifestación de vida espiritual.
Esto quieren afirmar
en el nombre de Cristo,
en puras intenciones,
con buena voluntad.

Este documento se encierra aquí en el dodecaedro pentagónico, y con este dodecaedro pentagónico, que es el símbolo de la fuerza activa del corazón y del espíritu humano, que queremos aplicar con todas nuestras fuerzas a todo lo que se efectúa en esta escuela, en este dodecaedro pentagónico queremos sumergir en la Tierra este documento.

Queridos amigos, queridos niños, queridos alumnos de la Escuela Waldorf. Siempre cuando en la antigüedad se comenzó a preparar los cimientos de un edificio, se sumergía algo vivo en la Tierra, entregando a la vez el documento que llevaba en sí inscrito el objetivo y el significado del edificio, junto con los nombres de los que contribuyeron con sus fuerzas a su construcción.

Con el tiempo, esta idea ha asumido un carácter cada vez más espiritual. Hoy hundimos como símbolo del Espíritu nuestro dodecaedro pentagónico junto con nuestro propósito, que hacemos en nombre de Cristo, desde nuestras intenciones puras, desde nuestra fuerza y desde nuestros esfuerzos, con nuestro propósito que estamos hundiendo en la Tierra desde la sagrada libertad. Hoy colocamos este símbolo en la Tierra como un germen sobre el que hemos dirigido los pensamientos más bellos que podemos pensar.

Que nazca de aquello que hundimos en la Tierra y en el seno de los tiempos, de aquello que hundimos con nuestros pensamientos, sentimientos, impulsos emotivos y volitivos, cuyo símbolo es esta piedra fundamental, que nazca de aquello lo que tenemos que denominar una y otra vez como meta e impulso de la Escuela Waldorf, el resultado de que será un lugar en el que se cuidará todo lo que la humanidad necesita para llegar a nuevos momentos de su avance, de su civilización y de su vida cultural. Que nazca esto de este germen espiritual vivo que vamos a hundir hoy en la Tierra.

Queridos niños, queridos alumnos de la Escuela Waldorf, vosotros sois los primeros en unir el sentimiento, la buena voluntad y la buena intención con lo que se os ha dicho en esta ocasión solemne, y lo que constituye la verdadera piedra de fundación para lo que ha de crecer y prosperar en este lugar como Escuela Waldorf, para el bien de la humanidad y para las metas de la humanidad.

 

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Escuela Waldorf Uhlandshöhe, Stuttgart

 

Información recopilada por Michael Kranawetvogl y otros datos tomados del libro del Dr. Tomáš Zdražil: Freie Waldorfschule in Stuttgart 1919-1925. Rudolf Steiner – das Kollegium – die Pädagogik.

 
 
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100 años de la Pedagogía Waldorf

 

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